Realismo Social

"Sí, pintad Estados Unidos, pero con los ojos abiertos. No glorifiquéis Main Street. Pintadla tal cual es: humilde, sucia, avariciosa."
Moses Soyer

Señoras tomando té en el jardín. Y al mismo tiempo mujeres siendo golpeadas en la cocina, niños pidiendo limosna en el portón y muerte, muerte por doquier. Burguesía, industrias, revoluciones y riqueza, mucha riqueza. Pero también, una fuerte desigualdad. Más pobres que ricos, y los pobres, más pobres de lo que los ricos jamás podrían si quiera concebir. 

En un siglo de cambios, innovaciones y avances surge un estilo artístico que simplemente era diferente, va en contra de lo previamente establecido como arte. Si se habla del realismo social no se trata de un movimiento cultural sino de una tendencia de las artes visuales. Este concepto se utiliza para referirse a un arte de estilo sumamente realista; lo que se busca no es destacar la belleza alrededor, sino todo lo contrario, mostrar las cosas tal cual son. Las obras de esta tendencia se caracterizan por ser representaciones explícitas y críticas de las condiciones sociales dominantes. Los principales ámbitos de expresión del realismo social son la fotografía y el cine; sin embargo en la pintura y la escultura también se pueden encontrar obras características de esta tendencia y que reflejen la realidad ta cual es.


El realismo social suele ser de izquierdas, pero no debe confundírsele con el realismo socialista, ya que son dos cosas completamente distintas. El realismo social no va de la mano del socialismo, no tiene finalidad política ni económica. Se trata más que nada de una denuncia, de un desesperado llamado de auxilio ante una sociedad que se derrumba al tiempo que se construyen sus calles y muros.


¿Qué fue lo que llevó a los artistas hacia esta nueva tendencia? Dos sucesos determinantes de la década de los años treinta: la Gran Depresión y el auge del fascismo en Europa. Debido a esto, los pintores tanto americanos como europeos abandonaron la abstracción para re-adoptar el estilo realista en sus obras. 
Liberation. 1945. Ben Shahn
Para los realistas sociales, la inspiración provenía de la escuela de Ashcan (institución de Nueva York en la que muchos estudiaron) y de la obra de los muralistas mexicanos Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros, quienes pintaron grandes murales en Estados Unidos y ofrecieron un ejemplo de arte figurativo popular con alto contenido social. 


Fue a finales de los años cuarenta que estas nuevas formas de arte atrajeron la atención de los críticos y del público ya que en un principio, el realismo social era visto como algo brutal y grotesco. Las personas evadían ponerse en contacto con obras de esta índole, lo cual cambió al convertirse en una tendencia más socialmente aceptada conforme cambiaba el contexto en el que estaban situados los artistas. La gente pronto empezó a darse cuenta que lo que proponían los artistas sociorealistas no era una exageración ni una farsa, sino una cruda realidad que se encontraba enmascarada de belleza.